Hoy se habla mucho sobre la responsabilidad de las corporaciones, pero cuánto impacta el ser sustentable en la marca empleadora.
Hoy hablamos de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y hasta su sigla nos es familiar. Actualmente, las empresas tienen gerentes que se ocupan de la temática y generan acciones que son transversales a toda la organización. Sin embargo, en la última década del siglo XX hablar de este concepto implicaba destinar, al menos, unos minutos para explicar de qué se trataba.
Es cierto, la RSE fue evolucionando con el tiempo hasta convertirse hoy en un tema que tiene sus propios KPIs y que se comunica tanto o más que el lanzamiento de un producto. Uno de los momentos en que el tema tomó un fuerte impulso fue en la Cumbre de Río, en 1992, y luego, al firmar el Acuerdo de París, en 2015.
¿Por qué es importante este acuerdo? De él surgieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que le ponen a las empresas el plazo de 2030 para mejorar sus indicadores en temas tan esenciales como vitales: hambre, pobreza, protección de los ecosistemas, educación, trabajo y vivienda dignos, entre otros.
Todo este movimiento hizo que cada día se expandiera más el concepto de triple impacto, y hoy son muchas las compañías que entienden que no es posible descuidar un aspecto para darle prioridad a otro. Todo lo que hagamos habla de nosotros, y todo lo que hagamos se sabrá al instante.
Estamos inmersos en una economía circular, por ende es cada vez más notorio que una acción, sin importar dónde transcurra, tendrá consecuencias. Es por eso que surgen las gerencias de sustentabilidad, porque descuidar este aspecto es como estar desconectado del mundo. Y lo decimos en el sentido más literal: no ser sustentable implica arriesgarse a perder negocios, financiamiento y hasta al mejor talento.
La sustentabilidad debe estar incluida en el viaje del empleado, en la diversidad de equipos, en la fabricación del producto, en el final de ciclo del mismo y hasta en cómo nos relacionamos con la comunidad. Hoy esto es el mayor resguardo de valor de una compañía.